1.5.24

La Paradoja del Progresismo y su Uso del Referéndum: Un vistazo desde "Cómo hablar con un progre

El progresismo se presenta como un baluarte de la democracia, enfatizando la tolerancia, el diálogo y la justicia social. Sin embargo, G. Álvarez en su obra "Cómo hablar con un progre: Por qué en lugar de hacerla desaparecer, la socialdemocracia incrementa la pobreza" nos ofrece una visión crítica que pone en cuestión estas afirmaciones. Álvarez desvela cómo, bajo un disfraz de consenso y diálogo democrático, se esconden tácticas de imposición ideológica y manipulación política que contradicen los principios democráticos que afirman defender.

Álvarez plantea una visión donde el progresismo interpreta el "consenso" como la adopción de su ideología y la "tolerancia" como un callejón de una sola dirección que beneficia exclusivamente a quienes comparten su visión política. Esta perspectiva es revelada cuando dice: "Para el progre, el consenso es asumir su pensamiento y la tolerancia sólo viaja en un sentido: el suyo. El diálogo se traduce por imposición y la justicia social por el ataque al capitalismo" (Álvarez, 2017, p. 44). Aquí se ve la tendencia a utilizar la retórica de la equidad para ocultar un enfoque que en realidad promueve una homogeneidad ideológica restrictiva.

La crítica se profundiza cuando Álvarez discute la democracia y su relación con el referéndum. Argumenta que, en manos de los progresistas, los referéndums se convierten en herramientas para perpetuar su poder, especialmente cuando las políticas propuestas son cuestionadas. Según Álvarez, "Cuando esta visión sea cuestionada, él muy cómodamente podrá decir: 'Esto lo ha decidido el pueblo por referéndum y yo hago lo que me manda el pueblo'" (Álvarez, 2017, p. 56). Esto ilustra un uso cínico de la democracia directa, donde el referéndum no busca tanto la expresión de la voluntad popular como validar preconcepciones ideológicas.

Además, la obra destaca la contradicción en el deseo progresista de utilizar el referéndum para cada decisión política, lo que en la práctica podría llevar a una parálisis gubernamental y decisiones poco informadas. Álvarez cuestiona este enfoque señalando: "¿Toda decisión debe pasar por las urnas? En una sociedad democrática la soberanía pertenece a la ciudadanía y se articulan los mecanismos para elegir unos representantes que encarnan su poder y a los que se hace depositario de esa soberanía por vía de la representación" (Álvarez, 2017, pp. 151-152). La propuesta de decidir cada vez más asuntos por referéndum no solo socava el papel del parlamento sino que demuestra una comprensión errónea de la gestión democrática eficiente.

El uso de referéndums como una táctica para regresar al poder cuando se enfrentan a la oposición es otra crítica que Álvarez dirige hacia los progresistas. Menciona cómo, ante la falta de un proyecto convincente, "el progre aprovechará casi cualquier asunto, por nimio que sea, para poner sobre la mesa la necesidad de convocar un referéndum para conocer la opinión del pueblo" (Álvarez, 2017, p. 58). Esto muestra un intento de manipular la opinión pública más que de facilitar una verdadera deliberación democrática.

Finalmente, "Cómo hablar con un progre" nos ofrece una perspectiva esencial para entender las complejidades y contradicciones dentro del progresismo contemporáneo, especialmente en su relación con las herramientas democráticas como el referéndum. Álvarez nos advierte sobre cómo las estrategias políticas pueden disfrazarse de democracia y cómo es crucial mantener un espíritu crítico y vigilante ante las manipulaciones ideológicas en cualquier espectro político.

 



[1] Álvarez, G. (2017). Cómo hablar con un progre: Por qué en lugar de hacerla desaparecer, la socialdemocracia incrementa la pobreza (Edición digital ePub r1.1). Titivillus. (Obra original publicada en 2017) 

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